Aún era el 21 de noviembre de 1976, y las ferias de Guadalajara hacia casi dos meses que habían terminado.
Los propietarios de la atracción de los coches de choque decidieron, quedarse aún más tiempo, en el lugar que habitualmente ocupaban al final de La Concordia.
Por aquellos años, seguramente este de 1976, sería el último que las atracciones feriales se instalaban en este parque tan céntrico de nuestra ciudad.
Mientras los jóvenes disfrutaban del último resquicio de aquellas ferias.